El tono postural y el equilibrio dependen de la información sensorial procedente de la visión, los receptores que indican posición y movimiento de los segmentos corporales, la activación de impulsos táctiles en la planta de los pies y la información del sistema vestibular.

La habilidad para controlar la posición del cuerpo en el espacio surge de la interacción compleja de los sistemas musculoesquelético y neural. Los componentes músculoesqueléticos comprenden factores como la movilidad de las articulaciones, la estructura ósea, las propiedades intrínsecas del tejido (elasticidad, rigidez, maleabilidad, etc.) y las relaciones biomecánicas entre los segmentos del cuerpo conectados. Los componentes neurales esenciales para el control postural engloban a) procesos motores, incluida la organización de los músculos de todo el cuerpo para los movimientos coordinados y fluidos, b) procesos sensoriales (vestibular, propioceptivo, visual y táctil) y c) recursos cognitivos según la demanda de la tarea.

Atendiendo a FACTORES MÚSCULO-ESQUELÉTICOS, si por ejemplo existe una pequeña rigidez de cuello, unida a una disminución de la amplitud de movimiento, perturbará el registro de información sensorial y por tanto el cerebro procesará y ejecutará una respuesta desadaptada. Cuando hay un problema cervical, la musculatura del cuello está sobreactivada o alerta, con un tono muscular mucho más alto, y cuándo deba realizar una acción no lo hará de manera ajustada al estímulo sino en exceso produciendo una fijación, y no una estabilización.

Los ojos necesitan una cabeza estable para moverse, esto lo vemos muy bien en niños con Parálisis Cerebral que no tienen control de cabeza y les resulta muy difícil fijar la mirada y hacer seguimientos visuales. Sin embargo, si existe demasiado tono y la cabeza se fija se producirá una “histeria” estabilizadora de la mirada, un estrés sobre el sistema visual, porque el mismo sistema que quiere mover los ojos, los frena (Lucila To). Esta situación se observa muy bien cuándo solicitas a una persona un seguimiento visual de un objetivo y abren mucho los ojos y apenas parpadean para intentar “atrapar” el objetivo. Algunos niños incluso no pueden evitar mover el cuello junto a los ojos o se acercan físicamente al objetivo de fijación porque se pierde la disociación y la habilidad de enfoque.

Otro ejemplo podemos verlo en los niños que caminan metiendo los pies hacia dentro o que tienen los pies planos, un déficit de torsión en las estructuras óseas de las piernas determina la alineación de estas y modifica su función. pero también la función que no tuvieron esos miembros inferiores en el primer año de vida determina que la estructura ósea no se desarrolle bien. Hablaremos más de este tema en otro post..

Tensiones craneales por rigidez de las membranas intracraneales, por sinusitis, por ajustes óseos mientras un tratamiento de ortodoncia, hipomovilidades vertebrales, de los huesos del pie, etc. Cualquier perturbación de la estructura afectará a como se programe y cómo se ejecute una acción y cualquier alteración de función afectará a la estructura. Cuando tratamos una estructura no sólo debemos pensar en que se mueva mejor, sino en que cambie la información que transmite (Iñaki Pastor). Por eso es tan importante que un fisioterapeuta experto corrija la disfunción estructural para permitir la programación adecuada de la función en el sistema nervioso y dar un salto de calidad en la asistencia.

Ya conocemos la implicación de la estructura, pero, ¿qué hace que mantengamos la postura y sintamos el movimiento?

Para que sientas algo es necesario que tengas un sensor, un receptor, un órgano en el cuerpo que sea capaz de percibirlo, que sea sensible a ese tipo de estímulo. Para sentir el tacto en las PLANTAS DE LOS PIES tenemos unos órganos específicos de percepción táctil, un estímulo táctil en la planta desencadena reacciones de ajuste en la musculatura del tobillo para aumentar o disminuir el tono muscular y evitar la pérdida de la estabilidad. Ergo, reacciones posturales inmaduras en la planta de los pies no modularán bien la cantidad y distribución del tono muscular que necesito produciendo desequilibrios y pasos para no caer. La anestesia de la planta del pie crea fuertes perturbaciones a la persona para su equilibrio y posición (Enjalbert et al. 1993.) Esto les ocurre a muchos niños que con 4 años son incapaces mantener el equilibrio sobre una pierna o con un pie delante del otro sin moverse durante al menos 4 segundos. Los reflejos primitivos de los pies (Babinsky y plantar) que deberían haber evolucionado y desarrollado en reacciones postulares de ajuste aún permanecen es un estadio muy primitivo de evolución siendo incapaces de desarrollar un control más sofisticado.

Para sentir el movimiento de tu cabeza y para interpretar ese movimiento correctamente tienes unos ÓRGANOS VESTIBULARES, en el oído interno, y PROPIOCEPTIVOS en el cuello, ojos, etc. La información que transmiten afecta a la modificación y distribución del tono postural, especialmente por cambios en la posición de los ojos o el cuello en relación con el resto del cuerpo y a las extremidades. Los denominados reflejos cérvico-vestibulares, cérvico- oculares y vestíbulo-oculares. Esto quiere decir, que si giro la cabeza hacia la derecha el tono de los músculos extensores aumentará de ese lado del cuerpo para evitar el desequilibrio. O incluso si dirijo la mirada hacia el lado izquierdo para seguir un objeto también habrá un ligero aumento del tono extensor del lado izquierdo para compensar el desequilibrio. La adecuación en la “cantidad” y la rapidez de activación del tono muscular determinada que la tarea sea exitosa o fracase. Muchos niños son capaces de mantener el equilibrio con los pies juntos, pero cuando les solicitas un seguimiento de un objeto en alguna dirección (vertical, diagonal u horizontal) pierden el control de la estabilidad. O incluso algunos padres de estos niños comentan que cuando camina por la calle si va mirando a algo que le llama la atención de un lado u otro de la calle cambia la dirección de la marcha y no puede seguir caminando recto sin que su cuerpo se oriente hacia el estímulo que le ha llamado la atención. No hay un buen control de la orientación y la estabilidad.

Los resultados del trabajo de Roll y Roll (1987) mostraron como estimulando los receptores propioceptivos de los músculos extraoculares de los ojos cambiaba la percepción de la posición del cuerpo y la posición de los objetos en el espacio. David Cook, experto en estrabismo observó como incluso podemos llegar a ver cosas que no están. Te suenan los niños que van a coger un objeto sobre la mesa y lo tiran o no lo alcanzan, o una pelota que viene hacia ellos o que se chocan con todas las puertas y los muebles de la casa. ¿Habías pensado alguna vez que los músculos extraoculares tuvieran algo que ver? Lo más probable es que no. Te puedes imaginar entonces, que desajustes en el cuello, la cabeza y los ojos también darán problemas en la lectura y escritura; desde alteraciones relacionadas con la inversión de letras y números, escritura estresada e ininteligible, dificultad en la copia de figuras o de grafemas, posturas raras al escribir o incluso síntomas astenopeicos como picor de ojos o cefaleas. Los errores perceptivos están detrás de muchísimas posturas alteradas.

Ambos dos, lo vestibular y lo propioceptivo construyen el suelo referencial para el niño.

Por supuesto, el sistema propioceptivo global y no solo de los órganos del cuello o los ojos, funciona como un factor más de la estabilidad postural y el control motor informando de la posición exacta de cada parte de nuestro cuerpo para que el movimiento sea fluido, controlado y coordinado.

La VISIÓN PERIFÉRICA también se ha visto que tiene un papel muy relevante en el control postural y del movimiento. Por eso muchos niños que no han construido bien su visión en los laterales tienen frecuentes problemas de equilibrio y coordinación (Berencsi, 2005; Park, 2016).

La investigación indica que el control motor implica un procesamiento sensorial activo, con representaciones internas, constantes para el paso de la percepción a la acción, de manera que el sistema postural pueda calcular en que parte del espacio se encuentra el cuerpo y predecir hacia dónde va y las acciones necesarias para controlar ese movimiento.

La información sensorial no llega al córtex en un primer momento, por lo que las sensaciones del equilibrio son inconscientes. Cuando caminas leyendo o lees en un autobús no eres consciente de la sensación de los movimientos de la cabeza. Solo cuando las cosas van mal puedes tener una sensación de que algo desagradable pasa, como ocurre con el mareo de muchos niños en los medios de transporte. Generalmente los niños con problemas de desarrollo o de aprendizaje no describen mareo en la vida cotidiana, pero su equilibrio normalmente es muy precario.

Por último, desde los órganos vestibulares, propioceptivos, visuales y táctiles hay fibras nerviosas que conducen la información directamente al cerebelo para que, de una forma global, te ayude a controlar el equilibrio. El cerebelo es una de las claves del equilibrio, aunque también participa de la fluidez y especificidad de los movimientos y en el lenguaje. Sin embargo, el cerebelo no comienza a tener una actividad más potente hasta los 4 o 5 años, desarrollándose completamente entre los 6 y 7. Momento en que se observa una mejora evidente en el control motor de los niños.

BEBÉ

¿Cómo ayudar a tu bebé?

Portea a tu bebé todo lo que puedas. Tiene consecuencias muy beneficiosas sobre el tono muscular, la programación de los reflejos vestíbulo-oculares y cérvico-oculares, la estabilización del campo visual, y la protección sobre el desarrollo de las caderas.

Ten erguido a tu bebé el mayor tiempo posible. Cuando el bebé está erguido se va formando una adaptación correcta a la gravedad y el sistema vestibular estimula los reflejos de enderezamiento cervical.

Mueve mucho a tu bebé. Baila con él, “cabalga sobre tus rodillas”, desequilíbralo a un lado y a otro para que su cabeza tenga que reaccionar, ¡muévelo sin miedo! No tengas miedo de mover a tu bebé de manera más activa, necesita movimientos fuertes que despierten reacciones de equilibrio y enderezamiento.

El movimiento es el mayor estímulo del sistema vestibular y el tono muscular y postural.

Coloca a tu bebé a jugar mucho tiempo boca abajo. La tonicidad del cuello, la integración con el seguimiento de los ojos, los patrones de movimiento globales, la estructura ósea se desarrolla y programa en posiciones boca abajo. Qué duerma boca arriba sí, pero que pase el mayor tiempo jugando boca abajo.

Asegúrate de que un fisioterapeuta experto en pediatría verifica la salud del cuello y el cráneo y que su desarrollo sensorio-motor es el adecuado. Cómo hemos visto cualquier alteración de la estructura condiciona la función y viceversa.

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