¿Hay alguna relación entre los ojos, la boca y la postura?

Existe una relación directa recíproca estructural y neurológica entre el sistema visual, cervical y el sistema estomatognático. Un mal contacto dentario, una mala oclusión o una disfunción mandibular pueden alterar la función visual. Y en sentido opuesta, una foria ocular, un uso de lentes no adecuadas, problemas de enfoque o acomodación producirían disfunción en el tono y la simetría de los músculos estomatognáticos lo que supondría alteraciones posicionales de la mandíbula en desviaciones del plano frontal u horizontal. 

Ojos y boca comparten estructuras óseas, tisulares y neurológicas. Tanto la boca como los ojos tienen una inervación sensorial trigeminal. En el caso de los ojos es la rama oftálmica (V1), mientras que para la boca tenemos las ramas maxilar (V2) y mandibular (V3). Esta inervación conduce la información propioceptiva de los músculos extraoculares y orofaciales y extereoceptiva de los contactos oclusales hacia los núcleos trigeminales que presentan conexiones muy cercanas con núcleos que controlan la oculomotricidad de los ojos, la postura y el equilibrio.

Además, estructuralmente, comparten distintas estructuras que ponen a ambos sistemas en relación mecánica:

  • Hueso esfenoides, maxilar superior y palatino.
  • Músculos pterigoideos y temporal (uno de los músculos masticatorios más potentes).
  • Ligamentos y relaciones fasciales.

Estudios sugieren una relación entre la desviación mandibular, la dominancia ocular y la postura de cabeza observando una desviación mandibular contralateral al ojo dominante.

 

Relación mandíbula, postura y visión

Según el modelo de tensegridad, nuestro cuerpo se mantiene en equilibrio gracias a los numerosos elementos de tensión a los que está unido. Una variación en un sistema puede causar una deficiencia o aumento tensional en otro punto del sistema. Si esta variación se mantiene en el tiempo las estructuras óseas, musculares, fasciales se adaptan a esa tensión conformando nuestra postura.
La articulación temporomandibular (ATM) nos proporciona información sobre la oclusión dentaria para el correcto mantenimiento del equilibrio. Un distinto desarrollo óseo de la arquitectura de la boca o el estrés sobre la tensión en la articulación pueden producir alteraciones de la oclusión dentaria con la aparición de diferentes maloclusiones que pueden provocar una adaptación postural.

Dentro del plano anteroposterior diferenciamos TRES TIPOS DE MALOCLUSIONES:

 

Clase I: normoclusión.

Es la oclusión y los contactos dentarios con completos y correctos. En este caso el peso de nuestro cuerpo está bien equilibrado.

 

Clase II: distoclusión-retrognatia.

La mandíbula muerde más atrás de dónde debería. La posición de la mandíbula disminuye el espacio retrofaríngeo disminuyendo el espacio aéreo para el paso de aire hacia los pulmones. Además, la línea de equilibrio cae más posterior desequilibrando el centro de masas en ese sentido. Como compensación para aumentar el espacio aéreo y desplazar reequilibrar el centro de masas se produce una compensación postural en anteposición de la cabeza con rectificación cervical.

Clase III: mesioclusión-prognatismo.

La mandíbula muerde más delante de dónde debería e incluso puede llegar a cubrir los dientes superiores. En este caso ocurre lo contrario, para compensar la anterioridad de la mandíbula se produce una hiperlordosis cervical e hipercifosis dorsal con desplazamiento del centro de masas del cuerpo hacia atrás.

 

La compensación cervical en las clases II y III se debe a un cambio en la tensegridad y longitud de la musculatura supra e infrahiodea que tiene una conexión directa con la musculatura cervical transmitiendo la tensión de la boca. La información errónea no descansa e incluso empeora por las noches cuando las personas aprietan los dientes en relación con un bruxismo. Cómo es una hipertonicidad persistente mantenida en el tiempo, se produce una modificación permanente en la postura.

Por otro lado, la mordida cruzada es una alteración de la mordida en el plano horizontal. La línea maxilar no coincide con la línea media mandibular, que se manifiesta como una asimetría fácil afectando directamente a la posición de los ojos y dificultando el equilibrio binocular. Si los ojos tienen diferente posición en relación con la órbita su capacidad para trabajar de forma equilibrado y fusionar imágenes será mucho menor pudiendo producir síntomas astenopeicos (dolor ocular, cefálico, picor, irritación, fotofobia, mareos, etc).

De manera análoga, se han asociado cambios en la posición de la cabeza con cambios en el sistema estomatogmático y se presupone que la posición de la cabeza tiene una influencia directa en el comportamiento de la ATM modificando su posición de reposo. Se ha correlacionado en numerosos estudios la reciprocidad entre los problemas cervicales y los problemas temporo- mandibulares.

Estas compensaciones también las vemos en relación evidente con el sistema visual. Una persona que pasa mucho tiempo en tareas de atención visual -por ejemplo, frente a un monitor o conduciendo un coche- y su sistema visual se encuentra en un estrés funcional, disminuye su capacidad para mantener el equilibrio binocular y eficiencia en el enfoque para mantener la imagen nítida, entonces se producirán cambios adaptativos en la postura para intentar facilitar la función de los ojos como es el acercamiento excesivo a la pantalla o el parabrisas alterando el equilibrio tensional en la musculatura cervical y de la ATM siendo frecuente que estas personas experimenten síntomas de dolor de cuello, cabeza o mandíbula además de fatiga e irritación visual.

Distintos estudios muestran que estas maloculsiones están relacionadas con alteraciones en el posicionamiento ocular, alteraciones
oculomotoras y problemas binoculares.

 

Postura y equilibrio

Cómo hemos visto anteriormente, la información propioceptiva y exteroceptiva de boca y los ojos alcanza, a través vías nerviosas, núcleos centrales en el cerebro para el cotejo de información con otras fuentes sensoriales (sistema vestibular, información propioceptiva del cuello,…) y con el cerebelo, una estructura clave para la fluidez del movimiento, la armonización de la postura y el equilibrio.

Es decir, el sistema nervioso utiliza la información proveniente de la boca junto con la que viene del sistema vestibular, de la visión, de la propiocepción cervical y ocular y de la planta de los pies para el control de la postura y el equilibrio.

La relación entre el tipo de oclusión dentaria y la postura ha sido ampliamente estudiada y reconocida. Alteraciones en el equilibrio muscular del cuerpo pueden influir en la posición de la mandíbula y en la morfología facial y en sentido contrario, cambios en la posición mandibular pueden influir en los músculos cervicales y la postura del cuello, de la cabeza y posteriormente del resto del cuerpo. Por ejemplo, es habitual observar personas con retrognatia (retraso de la mandíbula) unida a un adelantamiento de la cabeza y cifosis dorsal que además presentan alteraciones del equilibrio.

La postura es una adaptación del cuerpo para intentar equilibrar las tensiones corporales y permanecer estables. No se puede entender una postura como buena o mala, sino que debemos comprender que lo más deseable es la capacidad de variar la postura para adaptarse al entorno, su versatilidad. De forma que si una persona mantiene un desequilibrio tónico entre la musculatura de manera permanente es lógico pensar que afectará a su manera de moverse y de asegurar su estabilidad.

Los estudios sugieren que la anterioridad de la mandíbula (clase II-retrognatia) produce un desequilibrio del eje del cuerpo en sentido anterior, y la posterioridad de la mandíbula (clase III-prognatismo) un desequilibrio en sentido posterior. Lo mismo sucede con las desviaciones mandibulares en el plano horizontal producen un desequilibrio del cuerpo hacia los lados. Si quieres puedes hacer la prueba. Junta los pies y cierra los ojos. Ahora fuerza tu mandíbula a mantener una posición exagerada en cada una de las posiciones sugeridas (delante, detrás, derecha, izquierda) y observa que sucede con tu equilibrio: ¿oscilas hacia algún lado?, ¿hacia dónde?

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